Las catedrales del transeúnte
Temuco, 14 de Diciembre
Año 2020 D.C.
No sabe si fue al dejar caer un libro
resbaladizo por la humedad o al apagar el cigarrillo en la acera cuando los
oficiales tomaron por sorpresa al taciturno transeúnte. Desde dónde vienes,
hacia dónde vas y que trae consigo fueron las preguntas sin responder que
siguieron a una declaración de principios expresando el incumplimiento de al
menos tres protocolos establecidos en la pandemia; el primero acerca de deambular
por las calles en cuarentena en horarios no permitidos, el segundo por no
portar consigo identificación alguna y el tercero de conspiración contra estado
de excepción constitucional. Tendrá toda la noche para pensar en sus alegatos y
a primera hora si el fiscal de turno se apiada de su condición logrará salir
libre de su actual condición.
En la celda de control de detención pensaba
dubitativo que argumentar como se le pasó la hora no sería tan difícil de
acreditar, solo bastará con un llamado a su mentor que generosamente copó la
tasa de café horas previas en una agradable tertulia. Haber dejado el carnet de
identidad en el hotel tampoco parece una justificación muy complicada ya que un
emisario con la dirección y la habitación correcta del hotel podrá verificar
que el transeúnte era tal persona y solamente olvidó su billetera sobre la mesa
del velador.
Lo enrevesado será tratar de explicar los cinco
textos que traía consigo bajo el brazo y que los oficiales miraban con extraña
e inquietante sorpresa; revoluciones gnósticas es un código para encriptar el
plan de desmantelamiento del sistema de creencias sociales, legales y
culturales del país, caos total, estadillos y caudillos por doquier pensaban
enérgicamente en el cuartel policial. Tres libros color gris de un autor cubano
exiliado y desconocido, un texto negro tapa dura con escritos esotéricos y
fantásticos y otro libro rojo sobre un autor peruano revolucionario son la
evidencia más exacta del origen de la conspiración.
Mientras pasaba el tiempo en el cuartel reflexionando
angustioso entre ideas verosímiles y post verdad finalmente se decide por escribir
una declaración, inspirados en sus precursores ideológicos sin ningún juicio de
valor:
Los tres textos color gris pertenecen a un
regalo de mi mentor introduciéndome al mundo de la historia sin fin y absoluta
del conocimiento los evangelios gnósticos, el libro negro no es más que un compendio
de ficciones de un escritor no tan conocido y el libro rojo es un homenaje a
uno de los más grande escritores de la literatura latinoamericana que debo
ciegamente leer antes de entrar en la literatura fantástica de este mundo, sus deidades
y de otras deidades en mundos posteriores.
Con esto parece suficiente y creyendo que lo más
probable fuera que lo dejen en libertad o bien se lo lleven a un manicomio,
decide en el periodo que queda de encierro momentáneo leer todos los textos. Más
de mil doscientas páginas memorizadas y compaginadas en un incipiente método
aprendido horas antes y que causaron el paseo por la calle entre la casa de su
mentor y el hotel en preparación para la verdadera revolución que ocurrirá
cuando ya no se impriman ni lean libros.
El método de dibujar una catedral, los peldaños
de acceso, la galería, las esculturas, los ventanales de colores, el altar, la
virgen, la cantidad de bancas y los hipnóticos dibujos de las cerámicas del piso
serán lugares donde cada párrafo tendrá un lugar, un color, un sonido, una
forma, una temperatura, una textura y finalmente una idea central y sus
argumentaciones. Al concluir el presidio y antes de presentarse ante el fiscal,
dudando que el innovador método tuviera efectividad rogó porque semejante
calvario concluyera pronto.
Los oficiales tuvieron palabras de sobra para
justificar aquella privación de libertad entre las tres normas irrumpidas, los
cinco textos confiscados y por si esto fuera poco la construcción de una elucubrada
y pirotécnica tesis acerca de las motivaciones del transeúnte. Un encendedor y mil doscientas hojas recién
impresas con determinadas características, color, opacidad, porosidad, gramaje,
densidad aparente, dureza y compresibilidad son el encolado perfecto; fuelle y
combustible combinados para desestabilizar la antigua estructura de catedral
hacia donde se dirigía impávido el transeúnte antes de ser apresado.
Luego ya frente al fiscal dotado de una incredulidad
prístina y un tanto cansado de tantos arrestos menores y burocracias procesales
deja en libertad al transeúnte no sin antes confiscar todos los textos evitando
lo que en su cabeza veía como una imaginaria conspiración, tal vez con esto se hace
un poco de justicia pedestre, pensaba. Uno de los oficiales con cierta culpa
por el largo disparo de su imputación le entrega sus pertenencias y unos extraños
dibujos de catedrales, cinco en total, con una serie de símbolos, anagramas,
acrónimos y abreviaturas llenas de garabatos sin sentido.
Al salir del tribunal un tanto desesperado por
encontrar cinco cuadernos a croquis, tres lápices grises, uno negro y otro rojo,
divisa a lo lejos una pequeña librería muy parecida a la calle por donde
transitaba antes de ser detenido. Vuelve su vista para atrás y reconoce que la
casa de su mentor se encontraba un par de cuadras antes. De igual forma por la
vereda del frente de esa casa encuentra a dos oficiales en controles de rutina
al lado de una estación de policía que a media cuadra tenía un juzgado de
policía local.
Al salir de la librería con la aurora entrando
de sopetón, el transeúnte a esta altura desconcertado por los cinco cuadernos a
croquis que abrazaba desde las muñecas hasta el hombro un poco agitado y presto
a encender otro cigarrillo tratando de recordar las ideas angulares de la
revolución gnóstica que tendrá que volver a reescribir a partir de los dibujos
de las catedrales, un precipitado niño regresando por la calle con lentes de
sol muy entusiasmado y con la mascarilla sobre sus narices le pregunta ¿Qué le
ha parecido el eclipse señor? y al levantar la vista divisa en el reloj de la
notaria ubicada a un costado de la Iglesia Catedral de Temuco; lunes 14 de Diciembre,
13:02.
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“Recuerdos
futuros sobre el gnosticismo temprano”
Capitulo
XIV; Arrestos Aleatorios
Alejandro
Magno, Alejandría 329 A.C.
Notable recuerdo del futuro de aquel día de oscurantismo en la ciudad de Temuco.
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